Si
con los mismos ojos abrasados,
al
mismo gozo antiguo me convidas,
máta
el recuerdo de las horas idas
en
que los dos vivimos separados.
Y
no me hables de lágrimas perdidas,
ni
me culpes por besos disipados;
caben
en una vida cien mil vidas,
como
en un corazón cien mil pecados.
¡Te
amol ¡La llama del amor, más fuerte
revive.
Olvida mi pasado, loca!
Qué
importa el tiempo que viví sin verte,
si
aun te quiero, después de amores tántos,
y
si aun tengo, en los ojos y en la boca,
nuevas
fuentes de besos y de llantos!
Versión de Miguel Rasch-Isla
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