Hablo de ti
y me es difícil hacerlo.
Así es que hablo de que hablo
de ti
cuando hablo del otoño, de
telarañas tan delicadas
como perdidas en los surcos por
novias olvidadizas
de las pesadas gotas del rocío
bajo el tardío sol vespertino
y más tarde de las largas
sombras sobre la explanada
de la tormenta que sacude las
copas de los tilos
ya antes de que yo empiece a
hablar de las estrellas
y del resplandor de las
estrellas en los cristales rajados de la casa
que tintinean cuando ataca la
helada de la noche
y todos los sonidos devienen
penetrantes, cuando hablo
de todo esto, de todo esto que
habla de ti
y de lo que es tan difícil
hablar.
Así hablo de ti.
De "Nuestro amor es como Bizancio" ("Los
siete dormilones" 1969)
Versión de Francisco Uriz
Editorial Lumen S.A. 2003
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