Tomas Tranströmer: ALLEGRO


 

Toco a Haydn después de un día negro

y siento un sencillo calor en las manos.

Las teclas están listas. Los macillos golpean suavemente.

Su resonancia es verde, animada y tranquila.

 

El sonido dice que la libertad existe

y que alguien no le paga impuestos al César.

 

Meto las manos en los bolsillos como Haydn

e imito a aquel que observa tranquilamente el mundo.

 

Izo la bandera de Haydn — lo cual quiere decir:

“No nos rendimos. Pero anhelamos la paz.”

 

La música es una casa de vidrio en la ladera

donde las piedras vuelan, donde ruedan.

 

Y las piedras ruedan directo hacia la casa

y no obstante los vidrios permanecen intactos.

 

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