LXIII: 267
lo que al color la lluvia, sé
tú al amor y créame
gradualmente (así inventan el
aire las colinas
que ahora brotan) exhala mis
cómos y mi trémulo
dónde y mi cuándo aún invisible
y espera:
si no soy corazón, ya estoy
latiendo. Piensa
que partí como un sol debe
partir, haciendo
que para ti la tierra parezca
alegrefirme.
Recuerda (así las perlas más
que cercan un cuello)
más allá de su nunca-final tus
miedos vístenme
(oscura inquieta enorme la
sílaba de amor
ni gana en la alabanza ni
pierde en la condena).
Morirá el pensamiento que no
nazca del sueño.
Baila el árbol, las alas al año
acogen (flota
el poema aunque el mundo y el
deseo se hundan
(1931)
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