Fumiko Hayashi: Me enamoré de Buda.








Me enamoré de Buda.
Si beso sus labios ligeramente helados,
¡oh!, mi corazón se entumece, no lo merezco.
Todo lo de usted
es inmerecido.
Mi sangre suave
fluye a contracorriente.
Estaba envidiablemente tranquilo;
esa virilidad
sedujo por completo mi alma.
¡Buda!,
¡usted es demasiado frío!
Mi corazón
lleno de agujeros como un panal de abejas…
Buda,
la capacidad de usted no es solo hacer que yo comprenda,
Namu Amidabutsu,
la transitoriedad del mundo,
sino que con su masculinidad
descienda y zambúllase
en mi corazón que es como una llama.
El cuello de esta mujer
impura por lo mundano,
descienda y abráceme con tal fuerza que muera asfixiada,
Buda,
¡el del Namu Amidabutsu


Fumiko Hayashi, 1930
Traducción: Virginia Meza

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