TOCADAS
van mis manos
Por
la enredada arbeja y por la zarza,
A
su paso buscando mollejas estallantes
De
tesoros
Hacia
donde la reina refugiada en la sombra,
A
la que yo desato,
Está
esperando. Fuera del buche negro
De
la turba, el afilado sauce
Se
retira suave.
Yo
desenvuelvo pieles y contemplo
El
cuenco de la calavera,
El
pliegue húmedo de cada rizo
Rojizo
como el rabo de un zorro,
Una
marca de gorguera en la carne
De su garganta. Y agua de manantial
Traducción: Margarita Ardanaz
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