Sin duda, con tus dientes
bellos y duros,
mujer, masticarás el verdor de
hierbas,
Mujer,
con esta tinta de hierba
verdegay,
el rostro te pintaré del todo,
te excitaré a la lujuria,
y nos divertiremos con juegos
secretos a la sombra del
follaje.
Mira,
aquí las campánulas mueven el
cuello,
allá cimbrean los brazos las
gencianas.
¡Oh! abrazaré tu seno con
firmeza.
Tú, tú me empujarás con toda
fuerza el cuerpo.
Así, en medio de este campo
desolado,
retocemos como dos culebras.
¡Oh! yo, yo te acariciaré
apretándote,
te mancharé la piel hermosa con
el verde jugo de la
hierba.
Traducción: Atsuko Tanabe.
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