Un mar oscuro y salvaje golpea
sobre mí
La vida de los otros. Todo lo
que afirmas durante la noche
Dios lo modifica. Ligeras van
las casas
Algunas llegan hasta el muelle
con las luces encendidas
Parte (dicen) el alma de los
muertos
Ah que serás tú a quien llaman
"alma" aunque el aire
No alcanzó para hacerte materia
ni el vello
Para arrancarlo alguna vez al
pasar
Qué bálsamo o qué veneno
derramas pues
En otros tiempos la noble
Diotima
Cantando con inteligencia llegó
a modificar
La mente del hombre y el curso
de los ríos de Suabia
De manera que quienes se aman
estén aquí y allá
De dos estrellas y un destino
solamente
Desprevenida parece estar
aunque no lo esté
La Tierra. Saciada de diamantes
y carbones
Pero sabe hablar y desde allí
donde fluye la verdad
Con percusión subterránea o
fuentes de inefable pureza
Viene a confirmártelo. ¿Cuál?
¿Qué?
Lo único que afirmas y que Dios
no modifica
Ese algo inescrutable que
existe
A pesar de todo en lo Vano y en
la Nada.
Traducción : Pilar Fernández
Rodríguez
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