François-Henri Galland. |
Cuando te beso,
no es sólo tu boca,
ni tu ombligo,
ni tu regazo lo que yo beso.
También beso tus preguntas,
y tus deseos,
yo beso tus reflexiones,
tu incertidumbre,
y tu valentía,
tu amor por mi,
y la libertad que te ofrezco,
tu pie,
que hasta mi te trajo
y que de mi te alejará,
te beso a ti,
como eres y como serás,
mañana y después,
y cuando los días conmigo
queden en el recuerdo.
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