Caravaggio, Cupid as Victor (detail), ca. 1601. |
Entonces será el ángel ciertamente
el que bebe despacio de mis rasgos
el vino esclarecido de visiones.
Sediento, ¿quién te ha llamado aquí?
Y que tú estés sediento, tú en quien la catarata
de Dios en cada vena se arroja: que tú tengas
también sed: abandónate a la sed
(¡cuánto me has conmovido!).
Y, mientras fluyo, siento
lo seca que tenías la mirada;
y estoy tan inclinado encima de tu sangre
que hasta inundo tus cejas, las puras.
París, finales de 1913
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