Deseo de tus manos claras
en la penumbra de la llama:
sabían a roble y a rosas;
a muerte. Invierno antiguo.
Buscaban el mijo los pájaros
y de repente eran de nieve;
tal las palabras.
Un poco de sol, una aureola de ángel,
y después la niebla; y los árboles,
y nosotros hechos de aire en la mañana
Comentarios