Rememoro tu sonrisa, y
es para mí como el agua límpida
hallada al azar en la
pedrera de un arenal,
exiguo espejo en el que
mira una hiedra sus corimbos;
y encima el abrazo de un
tranquilo cielo blanco.
Ese es mi recuerdo; no
sabría decir, en la distancia,
si en tu rostro se
expresa libre un alma ingenua,
o si verdaderamente eres
un fugitivo que el mal del mundo
extenúa
llevando su sufrir
consigo como un talismán.
Mas esto puedo decirte,
que tu imaginada efigie
sumerge mis caprichosas
inquietudes en una oleada de calma,
y que tu semblante se
insinúa en mi gris memoria
sencillo como la copa de
una joven palmera...
Versión de F.Ferrer Lerin
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