A veces un hombre o una
mujer imponen su desesperación
a otra persona, a eso lo
llaman
alternativamente
desnudar el corazón, o desnudar el alma.
(Lo que significa que
para entonces adquirieron una.)
Afuera, la tarde de
verano, todo un mundo
arrojado a la luna:
grupos de formas plateadas
que podrían ser árboles
o edificios, el angosto jardín
donde el gato se esconde
para revolcarse en el polvo,
la rosa, la coreopsis y,
en la oscuridad, la cúpula dorada del capitolio
transformada en aleación
de luz de luna,
forma sin detalle, el
mito, el arquetipo, el alma
llena de ese fuego que
en realidad es luz de luna,
tomada de otra fuente, y
brilla
unos instantes, como
brilla la luna: piedra o no,
la luna sigue estando
más que viva.
De "Iris salvaje"
Versión de Eduardo Chirinos
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