Ven
a vivir conmigo, y sé mi amor,
y nuevos placeres probaremos
de
doradas arenas, y arroyos cristalinos;
con
sedales de seda, con anzuelos de plata.
Discurrirá
entonces el río susurrante
más
que por el sol, por tus ojos calentado,
y
allí se quedarán los peces enamorados,
suplicando
que así puedan revelarse.
Cuando
tú en ese baño de vida nades,
los
peces todos de todos los canales
hacia
ti amorosamente nadarán,
más
felices de alcanzarte, que tú a ellos.
Versión de Purificación Ribes
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