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Camina
bella, como la noche
De
climas despejados y de cielos estrellados,
Y
todo lo mejor de la oscuridad y de la luz
Resplandece
en su aspecto y en sus ojos,
Enriquecida
así por esa tierna luz
Que
el cielo niega al vulgar día.
Una
sombra de más, un rayo de menos,
Hubieran
mermado la gracia inefable
Que
se agita en cada trenza suya de negro brillo,
O
ilumina suavemente su rostro,
Donde
dulces pensamientos expresan
Cuán
pura, cuán adorable es su morada.
Y
en esa mejilla, y sobre esa frente,
Son
tan suaves, tan tranquilas, y a la vez elocuentes,
Las
sonrisas que vencen, los matices que iluminan
Y
hablan de días vividos con felicidad.
Una
mente en paz con todo,
¡Un
corazón con inocente amor!
Lord Byron.
Versión de F. Maristany
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