Tú apareces,
tú te desnudas
tú entras en la luz
tú despiertas los colores, ´
tú coronas las aguas,
tú comienzas a recorrer el tiempo como un licor,
tú rematas la más cegadora de las orillas,
tú predices si el mundo seguirá o vá a caer,
tú conjuras la tierra para que acompase su ritmo a tu
lentitud de lava,
tú reinas en el centro de esta conflagración
como ave inmóvil
y del primero
al séptimo día
tu cuerpo es un arrogante
palacio
donde vive
el
temblor.
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